jueves, 23 de mayo de 2013

¿Qué es la música clásica?



En realidad, el término debiera corresponder únicamente a la música culta compuesta en el período clásico, de mediados del siglo XVIII hasta principios del XIX. Pero el uso lo ha extendido también a la música seria compuesta entre el medioevo y el presente. 

Se trata de aquella que no es popular ni folklórica. Es hecha por pocos, con la idea de que la gusten muchos, pero estos no lo son tanto. Sus autores y ejecutantes han estudiado una larga carrera en escuelas especiales que se llaman conservatorios, y sus oyentes, en general, han sido inducidos a gustarla por tradición familiar, que después puede cultivarse. Requiere de cierta iniciativa personal para llegar a ella. Lo que es definitivo, es que ha trascendido las fronteras del tiempo y el espacio. Es universal. Y aquí podría meditarse si lo es por su belleza o por su mensaje. Probablemente sea por esto último, porque la música clásica ha evolucionado en forma paralela al pensamiento occidental. Esta es su característica más notable: No es estática, está en un continuo recambio de formas y modos, buscando siempre nuevos lenguajes, nuevas formas de expresión. Esto no sucede en la música de otras culturas. 

Aparte de las limitantes de no ser folklórica ni popular, la música clásica está confinada a un ámbito geográfico, el de la cultura occidental, es decir, los pueblos europeos y sus herederos culturales, primero los americanos y después algunos otros. Hay también una limitante temporal. Con el término de música clásica nos referimos a aquella creada a partir del Renacimiento y que representa el fenómeno cultural más brillante que se ha dado en la historia de la humanidad, solo comparable, por sus alcances, a la ciencia de la Europa pos renacentista. Se excluyen las músicas medieval y renacentista, sin negar que en ellas estén sus orígenes. 

Se excluyen también la oriental y la africana, sin desconocer sus valores. Y es que esta música clásica occidental nos dice de estados anímicos muy profundamente arraigados en los europeos, y por lo tanto en nosotros, sus herederos espirituales.

Es claro que existen otras estéticas musicales, tan valiosas como la música clásica, pero representan visiones muy diferentes del mundo. Ejemplo de esto, en nuestro tiempo, es el jazz de Norteamérica. 

Normalmente en música entendemos por clasicismo, el corto periodo que va desde 1770 a 1810.