lunes, 4 de noviembre de 2013

Pintura al Oleo


El óleo es una técnica pictórica consistente en mezclar los pigmentos con un aglutinante a base de aceites, normalmente de origen vegetal. Por extensión, se denominan óleos a las pinturas ejecutadas mediante esta técnica, que admite soportes de muy variada naturaleza: metal, madera, piedra, marfil, aunque lo más habitual es que sea aplicado sobre una tela.
 El uso del óleo se conoce desde la Antigüedad y estaba ya extendido entre los artistas de la Edad Media, aunque de modo minoritario ya que en esa época predominaba la pintura al temple o al fresco. A fines del siglo XIV y durante el siglo XV, se comenzó a generalizar el uso del óleo en detrimento de otras técnicas, ya que permitía un secado más lento de la pintura, correcciones en la ejecución de la misma y una excelente estabilidad y conservación del color. Fueron los pintores de Flandes los primeros en usar el óleo de forma habitual, y se atribuye, erróneamente, su invención al pintor Jan van Eyck.
Pintura al Oleo
El aceite que más se empleaba era el de linaza, pero no era el único y cada artista tenía su propia fórmula que se solía guardar en secreto. Normalmente se emplea la esencia de trementina como disolvente, para conseguir una pincelada más fluida o más empastada, según el caso. Muchos siguieron los consejos y experiencias escritos en el Tratado del monje Teófilo que ya se conoce y se menciona en el año 1100. Cennino Cennini, en su Libro del arte, también menciona y describe la técnica.


La preparación del soporte para recibir la pintura varía según la naturaleza del mismo. Normalmente se suelen aplicar una serie de capas de cola animal y yeso, que consiguen que la superficie quede lisa y uniforme; esto se denomina imprimación. Si bien en un primer momento la mayoría de los óleos eran sobre soporte de madera, a partir del siglo XVII con el arte Barroco los pintores eligieron como soporte favorito de sus pinturas el lienzo, siendo este más práctico para la elaboración de grandes composiciones por su posibilidad de enrrollarse, además de sufrir menos las variaciones térmicas y el ataque de insectos xilófagos.

La pintura obtenida con la mezcla de aceites ofrecía muchas ventajas al pintor, entre otras, el poder realizar su obra lentamente y sin prisas (lo contrario a lo que ocurría en la pintura al temple, o al fresco), el poder retocar la obra, variar la composición, los colores, etc. Precisamente por estas cualidades fue la técnica favorita de pintores como Leonardo da Vinci, Tiziano o Velázquez, quienes valoraban una ejecución meditada y sujeta a correcciones continuas. Leonardo experimentó diversas variaciones de la técnica, como su aplicación sobre muros a modo de fresco, o la invención de barnices y texturas oleosas de diversa consistencia, que se saldaron con rotundos fracasos, pero asimismo llevó esta técnica a nuevas cimas con la invención del sfumato o gradación suave de la luz, conseguida a base de sucesivas capas de pintura muy ligeras (veladura). Van Eyck, como los demás pintores flamencos, utilizaba el óleo a modo de miniaturista, procurando captar los detalles y dando como resultado una pintura esmaltada; la escuela pictórica veneciana (Tiziano) aportará como novedad las posibilidades de textura de las pinceladas, experiencias que recogerán posteriormente, entre otros, el flamenco Rubens y el holandés Rembrandt; este último ensayó técnicas nuevas como el raspado.
Todos estos pintores se caracterizaban por ser directos en grado extremo, con mínimas correcciones. Estas formas de pintar fueron el método académico hasta el siglo XVIII. A partir del Impresionismo, los pintores usan los colores prácticamente sin mezclar ni diluir.
El equipo que usan los pintores se compone normalmente de pinceles (cerdas de animales, especialmente marta; también de pelo sintético), de diferentes tamaños y formas, espátula, caballete y paleta. Se puede trabajar sobre un boceto previo, o bien sin él, técnica más libre denominada alla prima.


Óleo sobre un muro
En primer lugar, el artista se disponía a preparar la pared para recibir la pintura (imprimación). La técnica está descrita por Giorgio Vasari (1511-1574), arquitecto y pintor teórico del arte italiano en su obra Le Vite.
Primero se satura la superficie del enlucido con varias capas de aceite cocido, hasta llegar al punto en que la pared ya no absorba más. Cuando está la superficie seca se aplica una capa de blanco de plomo, de aceite, de amarillo de plomo y de arcilla refractaria. Se dan las últimas capas con polvo de mármol muy fino y cal, más una aplicación de aceite de lino. Para terminar, se extiende una mano de pez griega.

La utilización del óleo sobre el muro ha sido minoritaria en la historia del arte, ya que otras técnicas como el fresco son mucho más estables y duraderas. Sin embargo, algunas obras señeras, como La Última cena de Leonardo o las Pinturas negras de Francisco de Goya emplearon esta técnica.


Óleo sobre tabla
Esta técnica fue la utilizada preferentemente por los artistas de la pintura flamenca. Sin embargo, gran número de pinturas italianas de la primera época renacentista estaban pintadas sobre tabla. Se preparaba la tabla con una capa de carbonato de cal terroso (creta) blanco y cola animal (gesso). De esa manera la madera resultaba compacta y lisa, a la espera de la pintura.

Es importante que la tabla que usar se encuentre en óptimas condiciones y que preferentemente sea nueva. Las pinturas al óleo sobre tabla suelen mostrar una superficie brillante y lisa, aunque dependiendo siempre de la imprimación que se haya aplicado.


Óleo sobre lienzo
Ha sido el soporte favorito desde el Renacimiento hasta nuestros días, por su facilidad para el transporte y almacenaje y óptima conservación. La tela evita las molestas y antiestéticas grietas que a menudo afloran en la madera debido a oscilaciones térmicas o de humedad, y permite la realización de pinturas de mayores dimensiones. Además, muchos artistas aprovechan la trama del tejido para crear efectos expresivos particulares. Los lienzos suelen exhibir un aspecto más mate que la pintura sobre tabla, aunque muchas veces esto se mitiga con la aplicación de barnices como acabado final. Las telas más utilizadas para pintar son el lino, la arpillera y el algodón.
Óleo por veladuras
El óleo trabajado a base de veladuras es la técnica de pintar que más se utilizó en el Renacimiento. También fue frecuentemente utilizada por artistas posteriores. Rembrandt, por ejemplo, finalizaba sus cuadros con numerosas veladuras de color transparente sobre la base seca. La veladura consiste en capas muy delgadas de pintura, de forma que se transparente la capa inferior, así el color que veremos es el resultado de la mezcla del color inferior más el de la veladura.


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